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Inês Costa: «La simbiosis industrial es una estrategia de negocio que ha existido desde la revolución industrial»

Inês Costa. Senior consultant, Project management and development
3Drivers Engineering, Innovation and Environment

Su trayectoria profesional ha estado ligada, desde su inicio, a la consultoría estratégica y la gestión ambiental, desarrollando numerosos proyectos bajo este marco. Como ingeniera ambiental, particularmente destaca su profundo conocimiento en el ámbito de la simbiosis industrial, habiendo realizado su doctorado sobre su aplicación en contextos urbanos para la creación de ecosistemas industriales como soporte a las políticas de residuos. Es responsable de la gestión del grupo profesional Industrial Symbiosis en LinkedIn, con más de 1000 miembros.

La reciente aprobación del Paquete de Economía Circular abre definitivamente una vía hacia una gestión empresarial racional, replanteando los procesos productivos e incidiendo en un consumo más responsable.

Optar a este nuevo modelo es ya una realidad en distintos territorios europeos, donde se han sentado las bases para un rediseño de productos y servicios, alcanzando la maximización en la valorización y recuperación de recursos a partir de los residuos.

Como figura europea destacada en el conocimiento y aplicación de procedimientos hacia la gestión sostenible de la industria, ¿cómo valora esta oportunidad para cambiar el esquema tradicional del binomio recursos-residuos?, ¿qué esfuerzo supondrá esta adaptación?

A pesar de toda la discusión que rodea el compromiso del Paquete de la Economía Circular, que finalmente fue propuesto el pasado mes de diciembre, el hecho cierto es que representa una oportunidad para contribuir a un cambio de enfoque (no sólo por parte de la industria, sino de las instituciones públicas y de la comunidad en general) en la forma en que percibimos las consecuencias de nuestro consumo de bienes y servicios, desde la necesidad de adquirirlos, llevando implícita la utilización de materiales en su elaboración, hasta lo que sucede cuando ya no los necesitamos.

A pesar de ello, el Paquete de Economía Circular no es perfecto. Por ejemplo, aún está muy centrado en la política que aborda la gestión de residuos, en particular de los residuos municipales. A su vez, carece de un enfoque más práctico para integrar definitivamente los principios de ecodiseño , no sólo de los productos, sino también de los servicios, y por extensión de los proyectos industriales, y los criterios de fin de condición de residuo, perseverando en el enfoque hacia las mejores técnicas y tecnologías disponibles hacia la consecución del resultado final. Pero, ¿este enfoque para el uso de recursos conduce a una reducción del impacto ambiental global con beneficios económicos agregados, a pesar la tecnología que se utilice?.

Así, indirectamente, se plantea la cuestión de la suficiencia, mediante el reconocimiento de la necesidad de conservar el valor del material o producto durante el mayor tiempo posible dentro de la economía. Y de este modo, poco a poco, poner más énfasis en la reutilización, reparación, re-fabricación, y en la necesidad de fomentar la colaboración entre la industria para cerrar los flujos de materia y energía de la mejor manera posible.

Todas estas transformaciones se están encontrando con la reticencia a la implementación de estas políticas, la cuales no serán diferentes. Los beneficios de los cambios que hagamos ahora sólo tendrán visibilidad real en 10-15 años, por lo que es importante perfeccionar los instrumentos necesarios, asegurándonos de escucharal mercado e identificando las posibles debilidades potenciales.

En los últimos tiempos, se ha venido hablando de la “simbiosis industrial” como el camino para dar respuesta al nuevo marco que se nos impone. ¿En qué consiste concretamente?

La simbiosis industrial es una estrategia de negocio que ha existido desde la revolución industrial, consistente en la auto-organización entre empresas dispuestas a colaborar para mejorar su situación económica y ambiental, en general mediante la exploración de las ineficiencias materiales y energéticas: así, el residuo de una empresa puede ser utilizado como materia prima o co-adyuvante en otro proceso industrial, el exceso de vapor o de extracción de CO2 pueden ser canalizados a otro proceso diferente que necesite este tipo de entrada, etc. En definitiva, se anima a las empresas a trabajar juntas para lograr mejores resultados que los que podrían alcanzar al actuar de forma individual.El Paquete de Economía Circular está tratando de fomentar la aparición de estas relaciones, por ejemplo, trabajando en las limitaciones legales asociadas a los conceptos de subproducto y el estado de fin de residuo.

De este modo, la simbiosis industrial ha sido objeto de una convocatoria específica de proyectos en el marco del Horizonte 2020, lo que muestra una clara apuesta en este sentido. Sin embargo, todavía hay mucho trabajo por hacer. En mi opinión, cada proyecto industrial debería diseñarse teniendo en cuenta el concepto de simbiosis industrial, es decir, las empresas tendrían que evaluar sus procesos y explorar todas las oportunidades para intentar cerrar los ciclos de materia y energía asociados a su negocio, preferentemente integrando a sus vecinos industriales.

En 3Drivers hemos llevado a cabo varias evaluaciones sobre el potencial regional de la simbiosis industrial, basadas en una metodología específica desarrollada en colaboración con la Universidad Técnica de Lisboa. Se evidencia un enorme potencial para el fomento de la simbiosis industrial, sobre todo cuando ya existe una cierta coordinación en cuanto a la dinámica industrial: agrupaciones regionales, asociaciones comerciales o industriales, u otros. En tan sólo en una región del centro de Portugal hemos identificado 30 sinergias, lo que representa la puesta en circulación de 60.000 toneladas de material en un año. Pero además, hemos sido capaces de evidenciar otras 60 sinergias potenciales, lo que podría representar, en conjunto, un impacto muy significativo en el ahorro de recursos, tanto a nivel ambiental como económico para un entorno territorial reducido.

Y todavía hay margen de mejora: para identificar las limitaciones en los contextos de regulación legal de los Estados Miembros, para hacer frente a la cuestión de la confidencialidad y la confianza de los mercados, así como a la falta de financiación, conocimiento o capacidad técnica en las PYME, o la disponibilidad de información sobre potenciales receptores y proveedores de residuos y/o energía. Todas estas cuestiones deberían ser tratadas previamente a cualquier estrategia de desarrollo de un programa de simbiosis industrial, pero todavía no percibo que exista un enfoque coherente al respecto.

El co-procesamiento de materiales, excedentes de determinados procesos productivos, en otras industrias como materias primas auxiliares o alternativas, es un hecho constatable, aunque tal vez no sea conocido su nivel de implementación actual. ¿En qué medida el co-procesamiento es una alternativa de gestión utilizada en el entorno europeo?
¿Cómo se integrarían los conceptos de “subproducto” y “fin de condición de residuo” en este esquema?

El co-procesamiento es un concepto muy particular. Se aplica cuando un recurso no renovable es sustituido por un material alternativo (derivado de residuos) con la finalidad de alcanzar una recuperación de energía y/o materiales. Su mayor aplicación se da en las industrias intensivas de materiales y energía, como las fábricas de cemento, donde se puede aplicar en diversas fases del proceso de producción: en la mezcla de materias primas, sustituyendo a la piedra caliza, en el horno, en sustitución de combustibles fósiles o incluso en la mezcla de cemento, como un material de carga.

En el sector del cemento se da una práctica que se encuentra bien testada: de acuerdo a Cembureau, en 2012, el co-procesamiento en plantas de cemento fue capaz de evitar el consumo de 6 millones de toneladas de materias primas, evitando la emisión de 16 Mt de CO2, así como el consumo de 7 millones de toneladas de carbón y coque de petróleo.

Por lo tanto, ambiental y económicamente, es una práctica lógica. Sin embargo, esto sólo lo tienen claro el productor de cemento y el gestor de residuos, los organismos reguladores aún no lo ven tan claro. . El co-procesamiento de materiales derivados de residuos en hornos de cemento tiene un doble potencial de recuperación: por un lado, la mayoría de los residuos pueden ser efectivamente utilizados en la recuperación de energía, y parte de ellos (contenido mineral o ceniza) puede ser incorporado al clinker y convertirse así en parte del producto. Este potencial de recuperación (R1 + R4 / R5), sin embargo, no es legalmente vinculante, según reconocen los informes técnicos de la Comisión Europea. Esto significa, por ejemplo, que la fracción mineral de los residuos de neumáticos, residuos de fragmentación, o residuos de envases (todos ellos no reciclables) que en la actualidad se están integrando en el cemento, no se tomarían en consideración para alcanzar los objetivos de reciclado.

Por supuesto, los conceptos de «fin de residuo» y «subproducto» sin duda tendrían un impacto importante en lo anterior, si bien todo depende del enfoque que se haga. Al igual que el Reino Unido lo ha hecho con sus «waste protocols», es cuestión de reconocer los parámetros de calidad en relación a las materias primas secundarias específicas que provienen de los flujos de residuos homogéneos y no peligrosos, con el fin de aliviar la burocracia (la cual siempre deriva en costes adicionales) y permitir una absorción más rápida del mercado.

Lo que es importante entender es que el co-procesamiento no sólo sería una opción válida para los residuos que no pueden ser reciclados, sino también para los casos en que el mercado sea incapaz de absorber los materiales reciclables; por lo tanto, ¿es preferible enviarlos a vertedero o que sean reutilizados para la recuperación de materia y/o energía?

Particularmente, los CSR (combustibles sólidos recuperados) a partir de determinados flujos de rechazo de residuos, deben cumplir con unos estándares de calidad determinados que facilitan su utilización en procesos de coincineración. De este modo, para algunos flujos, como los derivados de los residuos municipales, se abre una posibilidad importante que aliviaría la dependencia de las incineradoras. ¿De qué manera pueden convivir ambas soluciones?, ¿cuáles son las dificultades que interfieren en esta sinergia?

Sin duda representa un motivo de discusión. En general, la discusión gira en torno a las tarifas eléctricas bonificadas de las incineradoras, lo que inclina la balanza económica a su favor, además de que los gastos de funcionamiento son generalmente más bajos (por ejemplo, la necesidad de un CSR con bajo contenido de humedad y un alto poder calorífico no es un problema) en relación a la opción del co-procesamiento en otras industrias energéticas. Otros argumentan que las incineradoras ofrecen un entorno ambientalmente más seguro para la recuperación energética de los residuos, y el valor añadido resultado de canalizar el exceso de vapor a los sistemas de calefacción de la comunidad.. Del mismo modo, es una solución mucho más flexible, ya que los residuos no necesitan ningún tratamiento en particular.

Creo que todo debería partir de una evaluación técnica y ambiental razonable, dependiendo del contexto que nos ocupa: uno tiene que tener en cuenta que las tarifas eléctricas bonificadas para la incineración con recuperación de energía de los desechos, se desvanecen con el tiempo o incluso con unos impuestos más altos de recuperación de energía; la recuperación de energía probablemente tiene sentido en zonas densamente urbanas, donde los flujos de residuos son más importantes. El equilibrio ambiental asociado a la electricidad y al calor (por lo menos para el norte de Europa es un problema) producido a partir de residuos vs usado para producir cemento u otro industrias energéticas vs el uso de otros combustibles, renovables y no renovables, debería ser evaluado. Si hay un consumidor para el CSR ya implantado en la región (una fábrica de cemento, una fundición, etc), ¿sería factible invertir en el desarrollo de una incineradora a gran escala? ¿Cuáles serían los impactos ambientales, económicos y sociales de esas opciones?

A pesar de este planteamiento, creo que es posible facilitar sinergias entre estos sectores, siempre que el contexto sea equitativo para todos los interesados. Esto sucede, por ejemplo, en la red de simbiosis industrial en Kalundborg, donde un gran productor de electricidad es un participante activo en la red, junto con una planta de cemento, en proyectos de reutilización de materiales y de agua. Creo que las cementeras y las incineradores pueden trabajar juntas con el fin de dar respuestas rápidas y flexibles en relación con la disponibilidad y la demanda de CSR. Por ejemplo, plantas de cemento pueden tener paradas técnicas, lo que significa que no consumen CSR en determinados momentos, mientras que las incineradoras necesitan una alimentación constante, por lo que las cementeras podrían actuar como tampones o proporcionar una respuesta de gestión de residuos centralizada en zonas menos densas. De igual modo, la ceniza de las incineradoras se podría utilizar en la producción de cemento.

Sin embargo, todo esto depende de la capacidad de operar en igualdad de condiciones económicas y reguladoras y, lo más importante, de una perspectiva integrada de la gestión de residuos que sea capaz de mirar más allá del sector.

La coincineración de residuos en instalaciones de combustión, como las cementeras por ejemplo, es una posibilidad factible, tanto técnica como ambientalmente (mientras se garanticen las condiciones exigibles). Sin embargo, en España, es un tema que sigue enquistado por diversas causas. ¿Cómo valora esta situación en comparación con la que se produce en Portugal, donde la demanda de combustibles alternativos a partir de residuos no deja de crecer?

En España, el contexto regional proporciona un enfoque más fragmentado de la gestión de residuos. Por lo tanto, estas asimetrías en todo el país provocan diferentes resultados y posibles explicaciones para las barreras existentes.

Una explicación puede encontrarse, por ejemplo, en las diferencias en cuanto a los instrumentos económicos aplicados. El co-procesamiento compite con la recuperación de energía y el vertedero (centrándonos en los materiales no reciclables). Tradicionalmente, las tasas sobre el vertido tienen como ejemplo a Cataluña (donde hay un fuerte compromiso hacia la reducción del uso de los vertederos y la promoción la simbiosis industrial), pero la mayor parte de las comunidades autónomas no tienen un impuesto sobre el vertido, lo que hace que esta opción sea mucho más accesible que la recuperación de energía o el co-procesamiento. En el caso de la recuperación de energía, nos encontramos con las bonificaciones tarifarias, por lo que la gestión de residuos se ve favorecida por ello, lo que otorga un sentido económico al sistema.

El co-procesamiento en Portugal se enfrenta al reto de la disponibilidad del material y la alta humedad del CSR a partir de los residuos municipales. Esto sucede porque la mayoría de los sistemas de gestión de residuos no han invertido en soluciones de secado para el rechazo procedente de las unidades de procesamiento, ya que esto provocaría unos costes elevados. Pudiendo tener una opción de recuperación de energía interna que permita a los sistemas de gestión de residuos cerrar el ciclo económico con beneficios adicionales (sobre todo por la bonificación tarifaria), no existen incentivos reales para invertir en la producción del CSR.

En este sentido, ¿cómo se controla y articula el uso de estos combustibles en Portugal?, ¿qué beneficios aporta?

En Portugal, las cementeras están autorizadas como operadores para la gestión de residuos, y por lo tanto están sujetos a inspecciones periódicas de la Agencia del Medio Ambiente y de las unidades de inspección. Asimismo, están obligados a presentar informes anuales sobre las cantidades de residuos que consumen, por medio de notificación electrónica a la APA.

Nosotros hemos realizado un estudio conjunto con plantas de cemento y sistemas de gestión de Responsabilidad Ampliada del Productor para residuos de envases, vehículos fuera de uso y neumáticos usados y descubrimos que, por ejemplo, las cantidades de neumáticos co-procesados en hornos de cemento desde hace 4 años podría significar, en promedio, un 8% adicional para los objetivo de reciclaje de este flujo de residuos en particular; en cuanto a los otros dos flujos, también se registraron beneficios importantes. Este trabajo ha proporcionado evidencias a la Agencia de Medio Ambiente portuguesa para permitir una deducción de los impuestos sobre la recuperación de energía de estos flujos de residuos (en relación a la cantidad de los residuos que se integra en el clinker). En cuanto al reconocimiento de sus contribuciones para los objetivos, todavía hay trabajo por hacer, pero el Paquete de Economía Circular abre definitivamente la posibilidad de reconocer el co-procesamiento como un paso adicional en la jerarquía de gestión de residuos, entre recuperación material y energética.

Finalmente, ¿cómo imagina la situación de Europa en 2030 en cuanto al uso eficiente de los recursos?, ¿habremos comenzado a cerrar el círculo?

Cuando la gente discute el futuro, es importante establecer objetivos ambiciosos con el fin de orientar hacia un objetivo común. Para 2030, estos objetivos ya están establecidos (65% de los residuos municipales deberán prepararse para la reutilización y el reciclado, así como el 75% de los residuos de envases), lo cual conduce a la meta final, que es el vertido cero. Cualquier instrumento que se ponga en práctica hoy, será crucial para los logros de 2030.

Pero para mí, más que los objetivos, es mucho más importante ser capaz de cambiar de manera efectiva la mentalidad y ayudar a la empresa y los gerentes de las industrias, responsables políticos y la comunidad en general, a entender que un enfoque de gestión integrada de los recursos, que considera todos los sectores, sí importa y tiene un beneficio económico, social y ambiental cuantificable y significativo. Los esfuerzos puestos en la aplicación del concepto de economía circular es, creo, un paso más en esa dirección.

 

Ver entrevista original: Entrevista_ICosta_english

Publicado por

Laboratorio de ideas sobre residuos

Debate de ideas para el sector de la gestión de residuos

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