Un nuevo informe de la Universidad de Naciones Unidas y ONU Medio Ambiente alerta de que, de seguir con el actual modelo de producción y consumo de dispositivos electrónicos, es muy probable que para el año 2050 se duplique la generación mundial de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), hasta superar los 100 millones de toneladas. Un escenario inasumible teniendo en cuenta que hoy somos incapaces de gestionar correctamente las 50 millones de toneladas de RAEE que ya se producen cada año, de los que una gran parte termina en macrovertederos de países en vías de desarrollo.
El informe plantea tres escenarios posibles. El primero, el ya mencionado de crecimiento lineal, en el que la fabricación y consumo de productos electrónicos continúe como hasta ahora, con las consecuencias ya mencionadas.
El segundo escenario contempla un enfoque reactivo, en el que la industria se vería obligada a cumplir una normativa más estricta, pero que solo mejoraría la situación localmente, externalizando el problema hacia terceros países, con normativas más laxas, y fomentando el reciclaje informal, que dadas las características de estos residuos, muchos de ellos con contenido de sustancias peligrosas, no parece una opción deseada.
Finalmente, un escenario de enfoque proactivo impulsaría la reutilización, el ecodiseño, la extensión de la vida útil y la fabricación con vistas a un futuro reciclaje.
Obviamente, este último sería el contexto futuro más deseable, dado que lo que es seguro es que el consumo de tecnología va a continuar creciendo, especialmente en las economías en desarrollo. Garantizar un sistema de producción y consumo sostenible para los productos electrónicos requerirá esfuerzos significativos por parte de los gobiernos, la industria y también de los propios consumidores.
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